martes, 26 de junio de 2012

UNA ESPOSA PARA ISAAC


POR: MISAEL REYES
Génesis 24:
1. Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años; y Jehová había bendecido a Abraham en todo.
2. Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,
3. y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito;
4. sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.

Después del nacimiento de Isaac, Abraham debió pasar por dos severas pruebas: 1) el casi consumado sacrificio de su hijo y, 2) la muerte de su esposa Sara.
Ya al final de sus días,  Abraham como padre ejemplar, quiere dejarlo todo en orden y obedeciendo a un mandamiento de Jehová Dios, comisiona a su criado el de más confianza de su casa que buscara para su hijo, una esposa que no  fuera de la tierra de los cananeos.
En Isaac descansaba la responsabilidad que la promesa hecha  a Abraham, tuviera continuidad. Es por eso que Abraham se preocupo por dejar un hogar en orden.
En nuestro mundo moderno ya esto no se toma en cuenta. Los jóvenes hacen su elección sin tomar en cuenta el consejo de los padres ni mucho menos a Dios y seleccionan a sus parejas sin analizar las consecuencias que tal decisión pueda traerle a su vida en el futuro.
Aun en el pueblo cristiano, tanto los padres como los hijos no están haciendo caso al mandamiento de Dios en su palabra. Están permitiendo relaciones que no son aprobadas por Dios. Es tarea de los padres orientar a sus hijos e hijas sobre una decisión tan seria y que será para toda la vida-
Como padres cristianos, es nuestro deber orientar a nuestros hijos e hijas en la búsqueda correcta, que garantice la continuidad de la bendición, la estabilidad de la futura familia y la conservación de los principios cristianos.
Muchacha o muchacho cristiano, antes de tomar una decisión que contravenga la voluntad de Dios, busca el consejo de su palabra.
No dudamos que Dios es el que obra milagros y que puede hacer grandes cosas y transformar vidas; pero los milagros siempre suceden SI somos obedientes  a su palabra.