sábado, 9 de junio de 2012

LA IGLESIA, ¿UNA BABEL MODERNA?


POR: MISAEL REYES

TEXTO BIBLICO: GENESIS 11:  

1. Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras 2. Aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura… y se establecieron allí. 4. Después dijeron: “vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre…” 6. Y dijo Jehová: “el pueblo es uno, y todos estos tienen un mismo lenguaje; han comenzado la obra y nada los hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. 7. Ahora, pues, descendamos y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda a su compañero”9. Por eso se la llamó babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra

 Los que se establecieron  en la llanura de Sinar, fueron los descendientes de los hijos de Noé. (10: 32) A cada uno de ellos le fue asignado su territorio por familias y lenguas. (10: 31) Los descendientes de Jafet poblaron las costas, los descendientes de Cam ocuparon diferentes territorios en la tierra de Sinar, Gaza,  en dirección a Sodoma y Gomorra,  los hijos de Sem del cual vendría Cristo, se establecieron desde Mesa hasta la región montañosa del oriente.

Un día, por unanimidad, deciden construir en esa llanura una ciudad cuyo centro de atracción seria una mega construcción: UNA TORRE CUYA CUSPIDE LLEGARIA AL CIELO. Ellos no estaban jugando, estaban decididos a terminarla y a cumplir sus propósitos. Si el mismo Dios no desciende y confunde allí su lengua, hoy en día se hubiesen hecho muchos programas de televisión para mostrar la majestuosidad de esa estructura.

Hay aquí muchas lecciones que podemos aprender para nuestra edificación y nuestro crecimiento cristiano.

Babel significa, confusión. Las gentes que ocuparon estas llanuras,  eran descendientes de Noé. Cuando este sale del arca con su familia, el mandato que recibe de Dios fue: “Fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra” (8: 17) En ese sentido, ellos iban en cumplimiento de esa  misión.

Ahora bien,  si aplicamos este pasaje a la iglesia de Cristo, hay cierta similitud en estas dos situaciones. La Biblia dice que a los creyentes se les dio el mandamiento de llenar el mundo con el mensaje de Cristo. (Mateo 28: 19, 20).

Hace ya muchos siglos que los hijos de Dios hemos entrado en esa llanura que es el mundo,  en cumplimiento de la orden divina. Los descendientes de Noé, eran un solo pueblo y tenían un solo lenguaje.

La Palabra de Dios nos dice que la iglesia es  un solo pueblo. “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,…” (Efesios 2: 14)

Que todos debemos hablar una misma cosa. “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. (1ª Cor. 1: 10)

Ser de un mismo sentir. “Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; (1ª Pedro 3: 8; 2ª Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros. (Cor. 13: 11)

Guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; (Efesios 4: 3).
Conocemos todas estas cosas desde el principio y hemos andado en ellas. De repente, comenzaron a fluir en nuestras mentes la idea de empezar a construir también nuestras torres, y comenzaron a existir las tribus y nos dividimos  en  territorios denominacionales  y nos hemos aislado marcando nuestras fronteras.  Se confundió  nuestra  lengua, no nos entendemos, y  ya no hablamos el mismo lenguaje,  y hemos entrado en una confusión tremenda que aleja a las gentes de Cristo, y en vez de contribuir a la extensión del Reino de Dios en la tierra, lo que hemos conseguido es debilitarlo.  

¿No le parece que la escena de Babel se asemeja a algo que llaman iglesia?  ¿No le parece que estamos viviendo en una Babel moderna que se llama la iglesia? Parece que la unidad por la cual oro Cristo antes de su muerte, sigue siendo un sueño no hecho realidad.

Que Dios nos permita reencontrar el rumbo y cruzarnos otra vez en el camino que perdimos. Que podamos mancomunar nuestros esfuerzos por amor a un mundo que gime y se hunde cada día en el pecado. Dejemos ya a Babel, es decir, la confusión reinante  y  pidámosle a Dios “alimento sólido para alcanzar la madurez y ejercitar nuestros sentidos en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos 5: 14)