viernes, 1 de junio de 2012

¿POR QUE TE ESCONDES?

POR: MISAEL REYES

 Génesis 3: 7, 8

ENTONCES FUERON ABIERTOS LOS OJOS DE AMBOS Y SE DIERON CUENTA DE QUE ESTABAN DESNUDOS. COSIERON, PUES, HOJAS DE HIGUERA Y SE HICIERON DELANTALES. LUEGO OYERON LA VOZ DE JEHOVA DIOS QUE SE PASEABA POR EL HUERTO, AL AIRE DEL DIA, Y EL HOMBRE Y SU MUJER SE ESCONDIERON DE LA PRESENCIA DE DE JEHOVA DIOS ENTRE LOS ARBOLES DEL HUERTO.

El enemigo se presenta siempre de una manera muy sutil para engañar. En el caso de Adán y Eva, se presenta como una serpiente. No sabemos qué aspecto tenía la serpiente, pero es de suponer, que no era un animal horrible con cachos, con una lanza en las manos y vestido de rojo. En 3: 1, dice que “era más astuta que todos los animales del campo…”
(Hasta hablaba. “…así que le preguntó a la mujer: ¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?)
Empleó un lenguaje que parecía verdad, y de hecho, convenció a la mujer de que el árbol “era bueno para comer, agradable a los ojos, y deseable para alcanzar sabiduría…” (3: 6) y no solo eso sino que la mujer “tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido, el cual comió al igual que ella”
La mujer no solo reconoce los beneficios del árbol, sino que también toma la decisión de probar y le dio a su marido.
Así actúa el enemigo, no solo llena la cabeza de ideas raras, sino que incita a cometer acciones que más tarde resultan vergonzosas.
Cuando sus ojos fueron abiertos, se dan cuenta que estaban desnudos, entonces viene el dolor por el acto cometido y tratan de enmendarlo ocultándose de Dios escondiéndose entre los matorrales.
Cuantas  leyes y mandamientos de Dios hemos quebrantados al aceptar cosas en nuestras vidas, que muchas veces queremos ocultar.
Muchas veces nos ocultamos en una iglesia y nos vestimos de santos o de religioso, queremos ocultarnos de Dios poniéndonos caretas de piadosos, dando las mejores ofrendas y contribuciones para la obra, adoptando una falsa espiritualidad. Pero recordemos, “Dios no puedes ser burlado”
Podremos engañar al pastor, al diacono, pero con Dios esto no funciona. Así que no te escondas, vamos a Dios que él conoce nuestras debilidades y  nos entiende y nos da su perdón y su gracia.